viernes, 24 de abril de 2009

el humor y el país

Este país, su estado, puede medirse por la evolución de su formas humorísticas. Últimamente ha revistado películas geniales como las del Makinavaja o algunas de Giménez Rico, con guión de Azcona, y he constatado que los problemas sociales ya no se plantean desde un humor deshinibido e irreverente, sino que son oscuras, impregnadas de malestar, dando fe de los tiempos que corren.

Por qué ha sucedido esto, está claro. El estado español es capitalista y ha entrado, desde que cayó el Partido Socialista de Felipe González, en un estado de represión continuo que progresivamente va cerrando filas. Los políticos carecen de poder real. Son empleados de grandes corporaciones de intereses económicos nacionales e internacionales. Como tener humor, buen humor, en la época del miedo, del terror continuo insuflado vía intracerebral y de continuo a fuertes dosis por los medios de comunicación.

Ahora mismo el mejor humor, el de más calidad, es el de Muchachada nui, chicos que vienen del programa La hora chanante. la genialidad de estos chicos está feura de toda duda. Han venido a refrescar el panorama, y sólo por el hecho de estar libres, porque su programa se emitía, primero, en un canal con poca audiencia, y ahora en una franja horaria de escaso público. Eso les da libertad. Sin embargo, lo que se hecha de menos, y esto jamás lo podrán remediar, pues es una consecuencia sociopolítica, es el humor popular, es decir, el humor gamberro, cachondo, irreverente. De hecho, cuando los de Muchachada nui se aproximan a cualquier crítica social (y lo hacen, y muy bien) hay siempre un ocultarse, un decir las cosas entrelíneas, comos si tuviera que pasar alguna censura o como si quisieran verse lejos del huracán mediático que los arrollaría si se posicionaran políticamente. En definitiva, recuerda a la sutileza del humor inteligente que se realizaba durante el franquismo, pues debía pasar la censura.

Todo lo demás, es infantil y vacío, propio de un país que ha perdido el sentido del humor y de guinistas que buscan la risa fácil sin mojarse, y que si se mojan políticamente lo hacen para dorar la píldora al partido político de turno.

Patético. necesitamos gamberrismo, cachondeo fácil, ganas de reirnos de todo, hata de Janeiro. Esto se acabó en los noventa. Pienso que sus últimos coletazos fueron películas como las de Alex de la Iglesia o las citadas del Maki. Desde entonces, comedias buenas, con la que te ríes, pero alejadas de cuestiones sociales, o asumidas éstas con demasiada aprensión. Pero, en fin, los noventa son los años oscuros. El Día de la Bestia ya lo vaticinaba, y decía: señores, una época se marcha, los fascistas ganan la partida, españa va a ser de ellos en breve. Acció Mutante tenía el mismo mensaje. Pues bien, y como decía la niña de "poster gay": ya están aquiiiiiiiiiiiiiii